
Otra vez te vi, pero no era un sueño. Tú frente a mi con el rostro demacrado y los ojos hinchados por lagrimas que, aunque no eran de sangre, traian mucho dolor encima. Los demonios que ya habia visto en sueños alrededor de ti, ahora estaban como sombras persiguiendote, sombras que tú no podias ver, pero yo si.
El escucharte hablar, el ver tus ojos perdidos, el sentir como poco a poco perdias la cordura, perdias el sentido de todo; me llenó de dolor, me hundió.
Lo que mas me lastimó fue saber que eso no era un sueño, sino la realidad que hemos creado dia tras dia.
Hoy tu mejor amigo es el alcohol, es quien te dice lo que esta bien y lo que no.
Es horrible ver que todo lo que yo temía, lo que de noche venía como pesadilla hacia mi, hoy no es mas que una cruel realidad que me costo mucho aceptar.
Tal vez no queria aceptarlo por el inmenso amor que siento hacia ti, pero ahora que lo se, no lo puedo entender.
Seguire buscando la forma de poder despertar de esta pesadilla que parece no tener fin.
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