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Anoche al acostarme y cerrar los ojos te vi frente a mi. Tenias el rostro palido, carcomido por el tiempo, tus ojos tristes ya no tenian esa luz que llenaba a todos aquellos que te rodeaban. Tu cabeza pintada de blanco me decia que efectivamente los años habian pasado drasticamente en ti. Me desprendi de mi cuerpo siguiendote, intentando hablar contigo. Al darme tu mano pude sentir un escalofrio que me dio miedo. No hablabas, solo me mirabas fijamente a los ojos, con una profundidad que nunca habia sentido. De pronto al intentar abrazarte, te alejaste de mi con lagrimas de sangre. Quise correr pero no podia moverme, solo podia presenciar el espectaculo. Miles de demonios a tu alrededor te golpeaban una y otra vez y yo, sin poder moverme solo lloraba porque no podia ayudarte. De pronto, los demonios se fueron, quedamos tu y yo. Te acercaste a mi y dijiste algo que no pude entender y cuando estaba a punto de abrazarte de nuevo, en solo un instante, desapareciste y desperte.